martes, julio 29, 2003

Después de pasar un doloroso fin de semana en el que mi dulce y delicada extremidad superior izquierda sufrió un repentino incremento de tamaño con el consiguiente efecto doloroso, el domingo por la tarde decidí acercarme a urgencias.

Mis dedos eran como pequeños chorizos , con ese aspecto satinado y brillante que adquiere la piel cuando se inflama, mi muñeca era una bola con aspecto blando, con una franja blanca rodeándola. (señal de haber tomado el sol con el reloj puesto).

Por fin, sale la enfermera y pronuncia mi nombre y yo pienso ¡Bien, bien, ya me van a curar!.

Le cuento al médico lo que me pasa y seguidamente él procede a mirar mi mano y hasta ahí todo bien, pero de repente decide que tiene que tocarla y………bueno, pero no contento con eso, decide que tiene que presionar determinados puntos para ver si me duele, pese a que yo ya le había indicado exactamente que me dolía. En ese momento se desata la tormenta, mi boca no cesa de emitir, de modo completamente inconsciente, “coñojodermecagoenlahostia…….”, pero a él parecía gustarle y seguía y seguía, hasta que le aparte le dije que ya estaba bien, que si se había enterado ya, bien, y que si no, se lo imaginase pero que no me tocaba más.

Después de dejarme la mano destrozada y con un dolor horrible, empieza a preguntarme cosas…………….y yo sin saber que contestar. Me dolía tanto la mano que era incapaz de pensar en otra cosa ¡Que sensación más espantosa!. Le oía, le entendía, sabia la respuesta, pero no la recordaba, no era capaz de recordar nada. Sólo sentía dolor.

Luego.......... volví a maravillarme, de lo que la química es capaz de conseguir.

Lo piensa y lo dice (puedes no estar de acuerdo)Toña a las 9:31 a. m. y dicen por allí