martes, mayo 25, 2004

Ella, sólo tenía 12 años. El nunca pensó en hacerle daño, pero lo hizo.

Después de aquello, él, simplemente, siguió adelante con su vida, dio carpetazo al asunto y en algún momento consiguió olvidarlo.

Ella, sumida en el más absoluto silencio, pensaba que no hablando de ello quizás dormiría eternamente en su recuerdo como una horrible pesadilla, y así conseguir ser, como siempre, la princesa de su propio cuento de hadas.

Pasados 15 años, el destino, que nunca perdona, hizo que se encontrarán, fue sólo durante un instante. Él no reconoció aquel rostro que le turbó hace tanto tiempo, pero cuando vio aquella mirada, aquellos ojos que le culpaban, sintió en sus propias carnes, como un fogonazo, todo el remordimiento que había quedado escondido entre las páginas de su vida.

Quedó tendido en el suelo, el pecho le oprimía con tal fuerza que pensaba que se saldría del cuerpo, el dolor cesó por fin, se sintió relajado. Mientras sus ojos se cerraban pensó en ella, que se alejaba perdida entre la gente, despacio, desprendiéndose a cada paso de sus recuerdos.

Lo piensa y lo dice (puedes no estar de acuerdo)Toña a las 1:04 p. m. y dicen por allí