Un Momento...

martes, octubre 26, 2004

Ayer, cargada con las bolsas de la compra, el bolso, el paraguas, la mala leche y el cansancio, me topé con una pareja que paseaba con un niño, casi con toda seguridad, su nieto, de 5 ó 6 años que llevaba unas botas de agua y por supuesto iba de charco en charco, brincando como las ranas y difrutando como sólo son capaces los niños.

Recuerdo aquellas botas de mi infancia; entonces se llamaban"catiuscas" y cuando te las quitabas, tenías los pies igual que si hubieras estado en remojo durante horas.

Recuerdo lo divertido que eran, entonces, los días de lluvía.

Lo piensa y lo dice (puedes no estar de acuerdo)Toña a las 11:36 a. m. y dicen por allí
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