Un Momento...

lunes, abril 10, 2006


Mi hijo Felipe comenzó a mentir el día que descubrió la relación "trastada-castigo",
después se dió cuenta de que a veces era peor el castigo por mentir que el que correspondería a la travesura realizada.

Pedro dejó de mentir cuando vió que le descubríamos rapidamente porque el labio superior se le ahuecaba.
Ahora está aprendiendo a mantener su labio derecho mientras miente.

Pilar miente continuamente porque vive en un mundo en el que sus mentiras son verdades.
Poco a poco va dandose cuenta de que nosotros vivimos en "el otro mundo".

Angela descubrió dolorosamente qué ignorar los problemas y mentir sobre ello impide que alguien le ayude.
Ahora pide ayuda cuando tiene un problema y miente cuando sopesa el hecho de qué es posible que se quede sin chuches.

Él exagera hasta el infinito las verdades acompañandolas de jocosas palabras,
intentando evitar que las creamos sin poderele achacar una sola mentira.

Yo termino buscando un punto medio entre las medio verdades y las medio mentiras
descubriendome, a veces, modificando el peso de la balanza cuando no me gusta lo que encuentro.

Lo piensa y lo dice (puedes no estar de acuerdo)Toña a las 9:16 p. m. y dicen por allí
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